Después
de haber sido derrotados en la primera batalla post independencia
dominicana, los haitianos volvieron a invadir la recién creada nación.
Antes
de iniciar la batalla en Santiago,
los dominicanos se aprestaron a realizar preparativos que consistían en obtener
dinero para la compra de armas. Con la asistencia de Ramón Matías Mella y Pedro de Mena lograron donativos
de muchas personas pudientes de Santo Domingo; y en Santiago, Ciprián Mallol, Juan Luis Bidó, Ramón Bidó y otros dominicanos
también se unieron a la causa.
Comenzaron
a llegar refuerzos a Santiago desde Baní al
mando del coronel Ramón Santana.
El General Francisco Antonio
Salcedo avanzó hasta Talanquera
y Escalante, con el propósito de contener el avance militar haitiano
hacia Santiago. Este
militar estableció su cuartel general en Escalante, cerca de Guayubín, Montecristi. Las
tropas de Pierrot avanzaron
rápidamente y éste tomó a Dajabón el 23 de marzo de 1844.
El 27
de marzo de 1844, fue llamado por la Junta de Gobierno dominicano el
general y comandante de operaciones en Santiago José María Imbert, con el propósito de que organizara
el contraataque a los haitianos.
Imbert atrincheró
la ciudad, construyó fosos y tomó precauciones importantes para ganar una
batalla. Se hizo acompañar de los oficiales Pedro Eugenio Pelletier, Archielle Michell, Ángel Reyes, Ramón
Franco Bidó, José Nicolás
Gómez, Fernando Valerio
López, José M. López, Lorenzo Mieses, Dionisio Mieses, Toribio Ramírez, Marcos Trinidad López, entre otros.
El 29
de marzo, el General haitiano Pierrot dividió
sus tropas. Se acercó a la ciudad de Santiago de los Caballeros con
más de 2,000 soldados en cada columna. Antes del amanecer, las tropas invasoras
se atrincheraron en Gurabito.
Después de haber cruzado el río Yaque del Norte y de atrincherarse,
el ala derecha se dirigió hacia el camino de La Herradura.
El 30
de marzo, los haitianos atacaron y fueron embestidos por el general José María Imbert en el fuerte Dios, Patria y Libertad frente a
la sabana de Santiago de los
Caballeros. Los haitianos contraatacaron y fueron rechazados por la
artillería dominicana y la fusilería de Fernando Valerio. El ejército haitiano lanzó un ataque desesperado
y fue vencido con los cañones del fuerte Dios, Patria y Libertad y por la infantería de Fernando Valerio López. El ejército
de Jean-Louis Pierrot se vio obligado a retroceder, dándole la victoria al
ejército dominicano liderado por José
María Imbert.